La propuesta ‘Muros etéreos’, del arquitecto murciano Manuel Hernández, gana el concurso de anteproyectos para la rehabilitación y puesta en uso del edificio de la Cárcel Vieja
- Tres propuestas finalistas
El proyecto ganador fue, por unanimidad del jurado, ‘Muros etéreos’, cuyo autor es el arquitecto murciano Manuel Hernández Jiménez, socio fundador de IH Arquitectos.
Según el jurado, la propuesta es, en su conjunto, “contenida y creíble en cuanto a las soluciones constructivas tanto en ejecución como en mantenimiento”
El segundo premio fue el proyecto ‘Todos a la cárcel’ de los arquitectos murcianos Francisco Javier Zueco Sánchez, Lorenzo Tomás, Francisco Javier Zueco Royo y María Dolores Martínez.
Por último, la tercera propuesta seleccionada fue ‘La celda de cristal’ del arquitecto Carlos Campos, de Valencia, y Emilio Sánchez, de Castilla La Mancha.
Los tres propuestas ganadoras se dieron a conocer en una exposición en el Colegio de Arquitectos, que pudo ser visitada los días posteriores a la elección de los finalistas del concurso.
- ‘Muros etéreos’
El proyecto ganador del primer premio del concurso de ideas es ‘Muros etéreos’, del estudio IH arquitectos y cuya autoría corresponde a Manuel Hernández Jiménez y Alejandro Ibáñez Benzal.
Trata fundamentalmente de revelar el edificio a la ciudad y conectarlo con ella.
Sin perder de vista que ha sido un edificio carcelario, el proyecto busca la recuperación del edificio y los espacios adyacentes, con una conexión visual y de entrada real a los patios existentes y la creación de elementos permeables que sustituyen al muro de cerramiento.
Propone lucernarios que aportan luminosidad, un panóptico reconstruido y una zona de memoria histórica donde se mantienen rehabilitadas algunas de las celdas existentes.
Prima los usos eminentemente culturales, con una zona de talleres y establece usos polivalentes, respetando la arquitectura de este edificio de primer orden.
Según el fallo del jurado, ‘Muros etéreos’ es “una propuesta de un gran interés arquitectónico y formal que compagina el mantenimiento del edificio, con un completo programa funcional y con la integración en la ciudad a partir de la creación de elementos permeables que sustituyen al muro de cerramiento. Muy correcta relación entre espacios manteniendo los condicionantes formales del edificio en forma de cruz y sin añadir elementos ostentosos, lo que redunda en la credibilidad de la viabilidad económica. La organización funcional interior resulta correctamente ordenada y limpia a la vez que flexible, con una adecuada implantación de los uso en los diferentes espacios en función de sus capacidad dimensionales”.
Por otra parte, “los usos propuestos son básicamente culturales y plantea una zona de recuerdo a la Memoria Histórica del edificio. La propuesta ganadora incluye la utilización de elementos reciclados que conforman una imagen contemporánea sin estridencias. Destaca asimismo la acertada integración urbana que establece al marcar visualmente una línea permeable creando una trama de transición e incorporando los patios a la ciudad con un interesante tratamiento”.
El anteproyecto realiza también “una apertura total del cerramiento posterior creando una elevación de planta con arquitectura contemporánea que dignifica un espacio actualmente secundario. En definitiva el proyecto es, en su conjunto, contenido y creíble en cuanto a las soluciones constructivas tanto en ejecución como en mantenimiento”.